A los efectos de incentivar el desempeño de los empleados ciertas empresas les otorgan gratificaciones las que, habitualmente, definen como extraordinarias a los efectos considerarlas no remunerativas. Es conteste la jurisprudencia y la doctrina que la denominación que se le otorgue al incentivo no decide su encuadramiento remunerativo.
La doctrina y la jurisprudencia indican que las gratificaciones extraordinarias de pago diferido revisten carácter salarial cuando las mismas se devengan con normalidad y habitualidad. Otro elemento a tener presente es el relacionado con la existencia o no de una política preexistente que brinde los parámetros para su otorgamiento.
Si una gratificación es considerada salarial corresponde liquidar sobre las mismas la incidencia del aguinaldo (S.A.C.) como así también, si se ha reiterado en el tiempo, requerir su pago en períodos sucesivos.
A modo de conclusión, se puede afirmar que la formalización de una detallada politica de premios resulta de vital importancia a efectos de evitar cualquier discrepancia que desgaste la relación laboral.
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